10 competencias para trabajar en equipo en la atención integrada. Parte 2
10
competencias demandas por profesionales para trabajar en equipo en la atención integrada
La atención integrada es una
prestación técnica de un equipo de trabajo (par gestor) ofrecida por profesionales de distintos servicios para la ciudadanía susceptible de
beneficiarse simultáneamente de los recursos de las entidades implicadas. En
consecuencia, precisa de un conjunto de competencias que permitan dar alternativas coherentes y eficaces para las personas con necesidades complejas.
Las competencias son habilidades que
derivan de conocimientos y actitud para ponerlas en marcha. Buscan apoyar a los
individuos para resolver problemas y tomar decisiones en situaciones reales.
Cuando observas las relaciones
personales se aprecian diferentes desempeños, tanto entre profesionales como de
la ciudadanía en general. A continuación, se exponen diez competencias convenientes
para desarrollar la integración de servicios y, por extensión, la atención directa
a las personas con necesidades complejas.
Por lo tanto, la atención integrada
es un proceso con especificidades donde se ha de atender a la relación entre
los y las profesionales y de estos hacia las personas sujetos de intervención. De
esta manera, pretende ofrecer una atención precisa y eficiente.
1.
Lenguaje
y comunicación eficaz
En las atenciones integradas es
esencial el uso de un lenguaje común. De manera general disponemos de tres
tipos de lenguaje:
· Descriptivo, alude a la realidad con
un sentido de objetividad.
· Interpretativo, son conclusiones
subjetivas sobre situaciones o contextos compartidos. Por ejemplo, un diagnóstico.
· Metafórico, hace referencia a
semejanzas sobre cuestiones de la realidad. Comparaciones que ayudan a su
comprensión, pero permiten gran ambigüedad.
También, las personas utilizamos tres
elementos fundamentales en la comunicación verbal: preguntas, ¿estás de acuerdo?; aseveraciones, es lo que hay, y
órdenes: sigue leyendo.
2. Interacciones sociales
En interesante atender a cómo nos
relacionamos las personas, tanto las profesionales como las usuarias. Por una
parte, las objeciones y las reclamaciones. Ambas son propias de la relación
entre iguales. Las primeras señalan cuestiones que faltan en determinadas
propuestas para completarlas. Las segundas, indican algo que debería haber sido
entregado. Por otra parte, se dan otras relaciones con fuerte carga emocional:
los reproches y las quejas. Las personas que las ponen en marcha delegan toda la
responsabilidad de las soluciones a su situación en el otro. Los reproches desde
la exigencia, la queja desde el victimismo.
3.
Comprobar
la realidad
Atender a la realidad con un sentido
supervisor facilita aplicar los ajustes necesarios en los procesos de trabajo o
de intervención. También, asegura el adecuado funcionamiento del proceso. Así,
el chequeo ofrece alertas sobre lo que sucede en el marco de un seguimiento
rutinario. Lo hace desde lo subjetivo. El testeo es una forma de
evidenciar más objetiva. Por último, la evaluación se enfoca a verificar
el alcance de los resultados esperados.
4.
Gestión
del cambio
El cambio es una constante. Sin
embargo, el concepto de gestión del cambio tiene una connotación más profunda. En
este sentido, conviene distinguir algunos tipos de cambio:
· Mantenimiento, aquel en el que las
personas hacen un esfuerzo para que las cosas sigan igual.
· Remediativo, exige dedicar un tiempo
para intentar solucionar una dificultad o problema. Arreglar algo que no
funciona como debería.
· Desarrollativo, incluye nuevos
aprendizajes y formas de hacer. Probablemente, el más relacionado con los
itinerarios de atención integrada.
5.
Trabajo
en equipo
Todos los equipos de trabajo comparten
direcciones y objetivos. Por lo tanto, la complementariedad de sus integrantes
es imprescindible. El trabajo en equipo es la base de la atención integrada. La
idea de relacionarse como un sistema cuya fuerza reside en el equilibrio entre
la incompetencia de cada miembro que se completa con la competencia de los
otros. “Juntas somos más”.
6.
Motivación
La motivación es la fuerza interna
que impulsa a las personas a actuar. Esta energía puede ser intrínseca y
extrínseca. La primera se origina en el propio individuo. La segunda proviene
de razones externas a las personas y sus objetivos, como los ascensos o
bonificaciones económicas.
La motivación intrínseca se sustenta en el deseo de alcanzar
un logro personal o acumular conocimientos; la extrínseca responde a incentivos
externos como recompensas monetarias o reconocimiento social (fama). De manera
más amplia, podemos señalar tres tipos de motivación:
· Logro para conseguir determinados
efectos u objetivos.
· Afiliación orientada a los afectos, a
sentires y a comodidad.
· Posicionamiento, atiende a cuestiones
significativas o relevantes para la persona.
7.
Gestión
de las emociones
Las emociones son respuestas
fisiológicas, cognitivas y conductuales ante un estímulo. Son una construcción
de los sentimientos. Estos, a su vez, emergen del significado que atribuimos a
lo que acontece a nuestro alrededor desde las sensaciones que se obtienen gracias
a la información de los sentidos: vista, oído, tacto, gusto y olfato. Como
última diferencia, los estados de ánimo son emociones mantenidas en el tiempo.
Estas distinciones facilitan la gestión
consciente de nuestras emociones. Es decir, nos permiten decidir qué hacer con
ellas. Así, podemos poner en marcha ajustes en el despeño personal en la
relación con los otros.
8.
Liderar
El liderazgo es una cualidad que
permite guiar y seguir a las personas en determinadas situaciones. Existe una
interesante y necesaria correlación entre liderar y seguir. Una líder carece de
sentido si no tiene seguidoras. Son precisamente ellas las que son los sujetos
de atención para quien ejerce el liderazgo. Es precisamente esta dualidad lo
que facilita el mutuo reconocimiento, el diálogo para formalizar acuerdos y
compartir direcciones comunes.
9.
Atención
activa
La atención activa consiste en
escuchar al otro sin juzgarlo, sin hacer interpretaciones, sin emitir juicios
de valor, sino dejando que se exprese. Aquí es importante distinguir lo
objetivo de lo subjetivo y obtener información precisa de la realidad, de cada
realidad, la de uno mismo y la del otro. O en el caso de la atención integrada,
la de los otros: la persona atendida y el otro profesional. Una triada para la
intervención.
10.
Aprecio
y agradecimiento
El aprecio y el agradecimiento son
estímulos sociales que facilitan las relaciones interpersonales. Por lo tanto,
cohesionan los equipos de trabajo y los vínculos en las relaciones de ayuda.
● Apreciar implica dar valor a lo que
hacen los otros. Incluye reconocer con afecto a los otros.
● Agradecer es una reacción positiva de
una persona a otra cuando recibe algo ella que le beneficia.
● Aprobar supone dar conformidad o
apoyo a las acciones de otros, aceptar su utilidad. Validad a la persona, animarla
y alentarla para estimularla y activarla. Reconocerla como un ser soberano y capaz.
Las competencias descritas surgen de
la demanda de orientadoras laborales del servicio navarro de empleo y de educadoras
y trabajadoras sociales del programa de incorporación social de la atención primaria
de servicios sociales. Todas ellas participantes en la transferencia de la atención
integrada que surgió de ERSISI. En este sentido, son cuestiones fundamentales a tener en cuenta en la formación de equipos de trabajo que precisen de la integración de servicios (empleo, educación, salud, servicios sociales u otros).
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