Seis películas para entender un modelo de intervención social

El mundo del cine ofrece una divulgación y acceso a  saberes científicos con comodidad y entretenimiento.

Todas y cada una de los y las profesionales tenemos una manera de hacer nuestro trabajo, ciertas inclinaciones naturales donde notamos comodidad en el encuentro con los otros. Es nuestro modelo de actuación.

Unas de las posibilidades al reflexionar sobre un modelo es partir de la fenómenología que comprende, la ciudadanía a la que se dirige y la concepción del individuo en ese contexto, qué se le ofrece y qué se le pide, si es que hay que pedirle algo. A partir de aquí, revisar las corrientes teóricas donde encaja en línea con nuestro rol profesional y carácter personal por aquello de la coherencia y la autenticidad. De la relación de ambos es posible definir los fines, objetivos  y métodos dentro del marco institucional que le dará respuesta. Así, un modelo consta de una serie de ideas orientadas a sustentar la praxis para realizar actividades con las personas en determinados espacios.

Es interesante detenerse en cuál es la manera específica de hacer nuestro trabajo, qué orienta nuestra intervención con las personas. Ésto tendría la ventaja de traerlo a nivel consciente y al reconocerlo poder explorar otras posiblidades, distintas formas de hacer y tener un abanico de desempeños susceptibles de aplicación en función de la persona o situación a atender. En el marco de la intervención social, esta misma cuestión, variantes de análisis y desempeños, podemos ofrecer a las personas y, desde el conocimiento compartido junto a la flexibilidad, escoger la opción más adecuada en atención a sus objetivos y posibles consecuencias.

De lo que he podido practicar y observar en mi experiencia resulta muy útil, en términos de satisfacción y vínculos, una manera de hacer que ponga la persona en el centro como agente protagonista de su proceso, con la gestión de casos para garantizar la adaptación de los recursos a las necesidades y preferencias del individuo según el modelo psicodínámico próximo al psicoanálisis. Éste postula el determinismo intrapsíquico de la conducta donde operan la mente consciente, el subconsciente y el inconsciente. Estas dos últimas distinciones son sutiles, la primera relativa a todo lo que influye en las decisiones de la persona, historia, situación, aprendizajes, etc. Digamos, esa parte que puede encajar con la idea de intuición. Lo segundo se refiere al sistema nervioso autónomo y vegetativo (latidos del corazón, función renal, etc.)

El modelo citado incluye tres enfoques. El primero de ellos es el funcional de intervención que presupone la existencia  en la persona de una capacidad de organización, una actitud a la mejora donde los y las profesionales asumimos el encargo de potenciarla hacia una evolución de su responsabilidad con énfasis en su autonomía y desarrollo. El segundo enfoque es el psicosocial que parte del diagnóstico y de la idea de “persona en situación”, además de lo intrapsiquico el individuo recibe influencias externas, el espacio relacional, las interacciones. Aquí opera la motivación extrínseca (recompensa externa o condicionalidad) y motivación intrínseca (recompensa interna). Persigue reducir desequilibrios y potenciar interacciones satisfactorias mediante la reflexión sobre su situación, sus decisiones y los efectos de estas. Por último, el modelo de resolución de problemas donde la intervención se dirige más a la dificultad que a la persona, aunque ésta es considerada como la principal fuente de información y se parte de sus propuestas de solución, mediante la  concrección de expectativas y necesidades, entre encargo institucional y soluciones posibles. Se acuerda el proceso. El diagnóstico se enfoca a entender el funcionamiento de la persona con respecto a su problema y la utilización de los recursos externos (institucionales u otros) e internos (persona y profesional).

Esta arquitectura conceptual, como idea, le puede encajar a cualquiera. Yo diría que es un discurso plausible y comumente aceptado. Sin embargo,  detecto cierto alejamiento entre las ideas  (teoría) y el desempeño profesional (praxis), entre lo que se dice y lo que se hace. Es una cuestión que se plantea en la obra "Reflexiones y utilidades sobre el diagnóstico y la programación de la intervención social" de Gustavo García y, más recientemente, en el artículo sobre "Dilemas éticos en los servicios sociales de base de la Mancomunidad de Sakana". Para proponer una forma de alinear ambas cuestiones vamos con las películas. La primera de ellas se títula "Expertos en crisis", os resulta familiar, me refiero al título como experiencia profesional ¿verdad? Es la historia de una "asistenta" .... digo asesora de políticos en sus campañas electorales. Una de las frases interesantes es: "no adaptas el hombre al discurso, sino el discurso al hombre" (minuto 22), esto relacionado con lo que decíamos antes de la coherencia y la autenticidad. Otra otra frase de este film: "... si no te gusta el camino que sigues, empieza a construir otro" (minuto 100). Una opción es reivindicar mi manera de entender la intervención social aceptando una realidad que puede alejarse de lo políticamente correcto, más o menos directiva, más o menos condicional. La otra opción es comprometerse con un cambio social, estructural o tender hacia acciones más adaptativas tanto de las personas que atendemos o de proceso de reflexión profesional sobre cambio de actitud, lo que implica nuevos aprendizajes de teorías y habilidades.

Otra de las películas es "El proceso", cuenta la historia del ascenso y caída del varias veces ganador del Tour de Francia: Lance Armstrong. En su minuto 13 dice "ahora que tenemos el diagnóstico, podemo empezar el tratamiento", con esto quiero revindicar la importancia de las herramientas diagnósticas y su desarrollo como base de las intervenciones, de los planes de caso y de la evaluación del impacto de nuestro trabajo, así como explotaciones de datos o segmentación. Al hilo de esto, la película "Spectral", una guerra entre humanos y un enemigo aparentenmente invencible, unos espectros, que aparecen de repente y solo son visibles con unos lentes especiales. Invita a pensar en la utilidad de ir más allá del sentido común, hacia el saber profesional. Aquí podemos darnos cuenta de que tal cómo describes, prescribes . Si aprecias personas con problemas verás problemas y será eso lo que atiendas, si ves personas con capacidades lo atenderás desde ahí y el punto de intervención adquiere otro enfoque mucho más cooperativo y de apoyo, si lo ves como profesional de la incoporación social, esé será tu visión, o de menores, o de salud, o de empleo, etc. Normalmente todos tienen su razón y atiende una faceta del conjunto que forma la persona. Así es fundamental el trabajo cooperado, en equipo, la comprensión holística de la persona en su contexto y compartirlo con ella para crear una descripción lo más acertada posible de su realidad multidimensional. La película "Un doctor en la campiña" en su minuto 80, atendiendo diversas necesidades de la persona (compañia, alimentación, higiene, cuidados sanitarios, etc) muestra un  ejemplo de organización de cuidados en atención sociosanitaria, apoyando cada uno desde su objeto de trabajo y donde la persona recibe un todo como producto de atención que cubre sus necesidades y le permite morir tranquilo en su domicilio.

En "Una mente maravillosa" se afirma que "las convicciones son un lujo para aquellos que se mantienen al margen...." (minuto 31). En este sentido, señalar que tener convicciones es importante, pero al trabajar con personas que también las tienen hay que incluirlas en la intervención. En mi opinión, es desde la búsqueda de la conjunción entre motivaciones (interna y externa), desde el encuentro y el acuerdo, donde se pueden producir cambios duraderos. Donde la condicionalidad permite emerger un espacio dialógico, de co-creación reconociendo en la persona el derecho a decidir sobre su vida, dentro de un sentido de reciprocidad, donde el desempeño profesional de basa en la persuasión y no en la imposición. R, Cialdini hace una descripción interasante en su obra Influencia: Ciencia y Práctica donde describe seis principios: reciprocidad, compromiso y coherencia, sanción social, simpatía, autoridad y escasez.

Por último, la pelicula estrella es "El efecto mariposa" que nos ayuda a entender cómo cualquier cambio presente, por mínimo que sea puede alterar enormemente el futuro. La grandeza nuestro trabajo radica en que el acompañamiento permite controlar y minimizar los riesgos de esos cambios. Las internvenciones de cambio son a menido o largo plazo, en el inicio requieren de alta intensidad que va disminuyen conforme la persona se implica en su itinerario. Se identifican tres tipos de seguimiento en el acompañamiento social en función del contenido que opera:

  1. Seguimiento de estado de la persona: se atiende su situación en relación con su estabilidad personal (modelo psicodinámico).
  2. Seguimiento de actividad según objetivos. Implica tanto a la persona como a los profesionales, según quien asuma la responsabilidad de las tareas acordadas (resolución de problemas).
  3. Seguimientos extraordinarios que se producen por iniciativa unilateral de la usuaria o las profesionales en función de las necesidades de la persona o de su proceso o simplemente aparece por el servicio ante una eventualidad (atención centrada en la persona, la gestión de caso opera en todos ellos). 

De aquí se deriva el rol profesional entendido como un acotamiento circunstancial de la conducta, asumimos un rol de ayuda del que destilan las funciones determinadas por el desempeño profesional, en Trabajo Social siempre incluirá : 
  1. Valoración y diagnóstico. Es la persona quien conoce y tiene la información de su situación. Esto no quiere decir que renunciemos a otras fuentes.
  2. Planificación y diseño del Programa individual co-participado. La motivación surge cuando alineamos deseos y expectativas con necesidades, esto es posible cuando asumimos y ponemos enpráctica que lo más importate es la persona que tenemos delante.
  3. Acompañamiento y promoción de desarrollo personal. Buscando alternativas con la persona, valorando escenarios posibles y las consecuencias que pueden darse según las decisiones tomadas.
  4. Mediación, generación y movilización  de recursos.
  5. Evaluación de la intervención junto con la persna atendida, redefinición, derivación o final de caso según proceda
Agradecería cualquier aportación para seguir alimentando el modelo o metodología.


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