Herramientas diagnósticas estructuradas: oportunidad o amenaza

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En la intervención social estamos asistiendo a un cambio importante: el desarrollo de herramientas diagnósticas... y su uso. 

Esto supone dar contenido a una de las fases del método básico en trabajo social (léase intervención social) como soporte del resto del proceso. Este contenido se incorpora a las siguientes fases del método. El derecho a la inclusión social en Navarra lo desarrolla con cierta estandarización.  

En nuestra comunidad autónoma hemos desarrollado una herramienta informática como soporte del citado método: SIDIS (sistema de información del derecho a la inclusión social). Se ha dotado de contenido cada fase:

  1. Investigación: mediante la sistematización informática de la búsqueda de información usando como base el instrumento de valoración social del Gobierno Vasco. En un encuentro dialógico con la persona exploramos sus expectativas y capacidades con otras técnicas de apoyo como la trayectoria vital o el DAFO.
  2. Diagnóstico: principales conclusiones a partir de esa recogida de información. Se plasman en un informe, producto entregable para la persona valorada.
  3. Planificación: a partir de los datos recogidos y analizados junto a la persona que decide por dónde empezar. Reconocemos esa poder en la toma de decisiones y construimos con ella el itinerario. Se elabora una propuesta de plan de caso y un convenio que compromete a las partes, cada uno con sus responsabilidades y plazos (ver video ERSISI del minuto 2:10 al 2:30 al menos). Esto es una novedad respecto al método básico. Se atiende lo que quiere la persona. Destacar la importancia del compromiso mutuo en el trabajo para y con la persona, desde sus expectativas y capacidades para construir un futuro. Tenemos un listado de dificultades para atender desde nuestro diagnóstico (debilidades) y disponemos del que ha facilitado la persona con sus expectativas y capacidades (fortalezas, el diagnóstico también recoge que es lo que funciona adecuadamente). Donde coinciden emergen uno o varios puntos de acuerdo para comenzar la intervención. Ahí está la motivación.
  4. Ejecución: seguimientos, a veces olvidamos que podemos hacerlos grupales y con diferentes contenidos: 
  5. FJ De Miguel_Seguimiento de caso_intervención social_servicios sociales

  6. Evaluación: nueva aplicación de la herramienta diagnóstica para valorar impacto en el caso y decidir sobre continuidad. Elaboración de informe, para la persona, que puede recoger orientaciones a futuro.
En mi opinión, este planteamiento es imprescindible para las intervenciones que pretenden generar cambios a largo plazo y romper situaciones de cronicidad. Incluso de varias generaciones, recordar el concepto de Indefensión Aprendida.

Ahora bien, para hacer todo esto, quienes trabajamos en la atención directa, planteamos una crítica: la sobrecarga. La falta de tiempo para realizar este proceso, o mejor, dedicamos nuestro tiempo a otros menesteres ¿más perentorios? o tradicionales. Hay que reconocer y asumir esta crítica. Un informe de la Cámara de Comptos evidencia que en atención primaria hemos pasado de gestionar 30 millones de euros en 2010 a gestionar 103 millones en 2018:


F.J. De Miguel evolución gasto en Renta garantizada en Navarra

Hemos multiplicado por más de tres el presupuesto que gestionamos. El dato sobre el número de beneficiarios o de unidades familiares desde 2015 en el informe anual 2018 del Servicio de Garantía de Ingresos y Cooperación al Desarrollo y su Sección de Garantía de Ingresos y Prestaciones Económicas:


F.J. De Miguel evolución Beneficiarios y Unidades Familiares beneficiarias RG Navarra

El número de unidades beneficiarias ha aumentado. El informe anual de 2018 del Servicio de Garantía de Ingresos ofrece la cifra de las unidades familiares  que han solicitado la prestación económica objeto de reflexión. En 2010 fueron 7.448 unidades familiares y en 2018 se han duplicado a 16.078. 

Emerge una cuestión importante, hemos asumido, a nivel de desempeño (no de idea que ahí ya estaba) que el objeto de intervención es la unidad familiar. Como ejemplo, asistimos a varios ajustes para el acceso a la renta garantizada al recordarnos, las compañeras de la sección correspondiente, que debemos explicitar la situación de todos las personas de la unidad familiar en edad de trabajar. Estamos obligadas a aclarar si están o no disponibles para el empleo. Además está la cuestión de los estímulos al empleo y las trabajadoras que deben compatibilizar la renta garantizada con su salario para cubrir sus necesidades básicas. Esto obliga a una serie de entrevistas para entregar nóminas y contratos, a veces varias al mes. Luego enviar la documentación a las compañeras de la sección con el correspondiente cálculo para el ajuste de la cantidad a percibir. Más trabajo.

Unido a ello, ya no basta con tener activa la tarjeta como demandante o mejora de empleo, siempre que se esté disponible para ello. Es preciso iniciar los procesos de incorporación laboral en cooperación con los y las compañeras de empleo, en los casos con un pronóstico de empleabilidad. Aunque se den otras situaciones que la dificulten y que podamos atender desde servicios sociales. Algo de pura lógica, trabajar conjuntamente, al igual que con salud en los programas relacionados con la atención a la dependencia o con educación para la alfabetización de adultos.

Por otra parte, siguiendo con el argumento de la sobrecarga, en relación a las plantillas de los servicios sociales de base que conozco, se han mantenido en los periodos señalados. Mismo personal para un fuerte incremento en la gestión y en las atenciones directas. Aspecto que hemos priorizado para garantizar el acceso a derechos reduciendo el tiempo de intervención. Imaginemos que en el año 2010 teníamos que descargar 7.448 camiones de alimentos y en 2018, con el mismo personal, tenemos que descargar 16.078. ¡ Uyyyyy la espalda !

A partir de esta realidad cabe la siguiente reflexión: si aumentan los casos, ¿cómo ser más eficiente? ¿hay alguna manera de rentabilizar mi tiempo, de agrupar atenciones?

Como conclusión, hacer intervención social sin un diagnóstico estructurado entraña riesgos, para mi es algo que debería pasar a la historia si queremos convertirnos en una ciencia. Ser rigurosas precisa de método, de técnicas y herramientas, de compromiso e implicación y de cierto grado de estandarización. En mi práctica diaria tengo la sensación de que apenas conocemos a las personas que atendemos, salvo excepciones. Trabajar el cambio exige conocerlas saber qué están haciendo, cómo lo hacen, su porqué y qué consiguen. A partir de ahí, proponer alternativas, alteraciones del desempeño, otras formas de hacer y notar qué consigue (conseguimos) con esto cambios.

Un cambio estructural sobre nuestro trabajo merece una reflexión a través de la supervisión (auto):
Trabajo social, servicios sociales de base, intervención social, atención primaria

Estás cuestiones necesitan un periodo de adaptación y, posiblemente, de formación, ayuda y apoyo. La disposición entre compañeras es espectacular. Como muestra, para quien esté haciendo algo parecido a esto o lo piense, os pongo dos entradas del compañero Nacho Santas que pueden servir de estímulo y guía:
Este es el proceso que hemos diseñado: 
  1. Cita que puede ser administrativa/o o quien esté en el teléfono atendiendo para anotar en el SIUSS la entrevista (telemática o presencial), o directamente, vía mail o WhatsApp, le manda la solicitud aclarando la documentación que debe aportar.  Si se cita para presencial se explica qué son solo 5 minutos para entregar a solicitud y pedir documentación. A continuación se deriva a cita grupal. Pueden ser por localidades con fechas y horarios diferentes.
  2. Cita grupal. Me gusta recibirles en la puerta y saludarles uno por uno presentándome. A continuación se pone el power point de apoyo, se explica el contexto y a continuación la solicitud en las diapositivas para que vayan rellenando cada apartado y
  3. Se procede a rellenar la solicitud apoyándose en el power point y aclarando dudas.
  4. Se verifica la documentación con un check list.
  5. Se trabajan las obligaciones en una dinámica grupal que alimentan las participantes.
  6. Se recogen las solicitudes completas, se aclara en grupo lo que falta a las incompletas.
  7. Cierre de la sesión para despedirse de todas y cada una de las participantes. Me gusta hacerlo individualmente.
Es un futuro que tenemos pendiente de ir construyendo, recuperando los espacios de intervención grupal y comunitaria.






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