Servicios Sociales ¿Seguimos hablando de lo mismo o hacemos algo diferente?

¿Seguimos hablando de lo mismo o hacemos algo distinto? Superar la queja y los reproches en busca de soluciones. Apelo a la sensatez y a la innovación con un punto de reivindicación.

Presento una entrada sobre la situación de sobrecarga en los servicios sociales de atención primaria con un planteamiento de mejora continua hacia intervenciones con alto valor añadido que superen la simple tramitación que ocupa la mayor parte de nuestro tiempo.

Pongamos un caso de personas con alta complejidad (Según la valoración de la exclusión social del Gobierno Vasco social varios ámbitos vitales afectados: personal, convivencial, económico, salud o laboral) y baja capacidad de autogestión, admitiendo que ambos conceptos están sujetos a discusión. Lo situamos en una zona rural, alejada de servicios, con mala conexión del transporte público. Ésto precisa de un profesional de referencia que ofrezca continuidad con coherencia y cohesión en una atención con alta intensidad donde el acompañamiento va a ser una pieza fundamental. Sin embargo, plantear esto en el colectivo profesional provoca un "suspiro" característico que denota una sensación de impotencia en un contexto de alta sobrecarga profesional. Ilustremos con datos: en Navarra la financiación de los servicios sociales ha recibido un gran aumento, pero en lo relativo a prestaciones no en dotación de plantillas.

Un ejemplo, la renta garantizada ha pasado de un presupuesto en 2010 de 15 millones de euros a más de 103 en 2018, datos recogidos por la Cámara de Comptos (p: 9). Ésta entidad (p: 36) constata que en la Mancomunidad donde trabajo en 2016 con 5.154 habitantes 151 de ellos se beneficiaban de renta garantizada. En 2018, con 5.144 habitantes los beneficiarios eran 257, un 66 % más. Nuestra consejera, Carmen Maeztu, señala que hemos pasado de atender a 45.000 personas en 2014 a 64.000 en 2018 y el ritmo es creciente.

Este aumento de carga de trabajo no se ha reforzado con un aumento de la plantilla. Imaginemos que estamos dos personas para descargar 100 camiones de patatas en un periodo de tiempo, y en el mismo periodo de tiempo otro año tendremos que descargar 166 ¿cómo lo hacemos? Obviando la metáfora, se ha hecho reduciendo hasta limitar al mínimo las intervenciones para dedicarnos casi en exclusiva a la burocracia de las tramitaciones.

Mantener la esencia de nuestro trabajo y garantizar espacios para la intervención social de alta intensidad precisa de optimizar y rentabilizar nuestro tiempo. Resulta fundamental canalizar la atención de los altos flujos de demanda. Cambiar la tradicional atención individual hacia otras grupales agrupadas por casuística, demanda o tramitaciones similares y organizándonos con los diferentes servicios e instituciones implicadas. Esto permitirá, probablemente, aumentar las intensidades de atención en los casos que la precisen, sin que, necesariamente recaigan en exclusiva sobre los Servicios Sociales que, entiendo, deberemos asumir el rol de gestor de casos o de profesional de referencia. Esta idea va a precisar de formación con las profesionales, la ciencia infusa no funciona y la autodidáctica nos llevará a una mayor divergencia en un momento de definición de nuestro objeto y concreción de procesos donde parece más interesante la convergencia y estandarización.

Este proceso hemos iniciado en el Servicio Social de Base de la zona de Allo. En principio con unas preguntas sencillas de formular pero complejas en la respuesta:
  1. ¿Cuál es nuestro objeto? si definimos a qué nos dedicamos podremos limitar la "descarga" desde otros sistemas, alejándonos del funcionamiento como nivel hacia una reivindicación de los Servicios Sociales como sistema. La cuestión va por la atención a menores, discapacidad y dependencia y exclusión social (activación, motivación al cambio). Fantova señala que la finalidad de los servicios sociales es “favorecer la integración social y la autonomía de todas las personas, familias y grupos, desarrollando una función promotora, preventiva, protectora y asistencial, a través de prestaciones y servicios de naturaleza fundamentalmente personal y relacional y como objeto la interacción social. Manuel Aguilar señala como campos de atención -podríamos asumir como una parte "incompleta" del objeto"- dependencia y los cuidados de larga duración, (b) los menores y sus familias y (c) los procesos de incorporación (re)inserción social. Uribe propone como objeto de la intervención social las conexiones sociales; desarrollar el apoyo mutuo; incorporar socialmente a las personas en situaciones de exclusión social; desarrollar la capacidad de interlocución y negociación. Jaraíz y González citando a Laparra y Aguilar apùntan la autonomía, la inclusión (activación) y la protección. Díaz y Fernández también defienden, como objeto del Trabajo Social -diferente a Servicios Sociales que lo concreta con prestaciones y derechos, la interrelación entre el individuo y la sociedad y el equilibrio en esta relación.
  2. ¿Qué es lo más importante de nuestro trabajo? diferencia entre intervención y gestión de ayudas, entre derecho subjetivo, objetivo y su doble utilidad como apoyo en procesos de cambio. Zamanillo en su libro Epistemología del Trabajo Social: de la evidencia empírica a la exigencia teórica señala que la gestión es sólo una parte del proceso.
  3. ¿Seguimos como hasta ahora o planteamos otras formas de organizamos?
Agradeceríamos cualquier aportación.

Comentarios

  1. Para emprender está tarea de aproximación a nuestro objeto de intervención, creo que ayudaría mucho el limpiar los Servicios Sociales de toda la hojarasca que durante años se les ha ido acumulando, principalmente la gestión de las rentas mínimas. Considero que ello aclararía mucho el escenario para poder seguir pensando y reflexionando.

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    1. Hola Miren, es una cuestión que comparto como idea. La renta mínima, tal y como está, genera muchísima burocracia y conflictos que distorsionan el espacio de intervención. Sin embargo, la gestión de ayudas es parte de nuestras carteras de SS: PNC, Ayudas extraordinarias, valoración dependencia, PIAS, ayudas a la conciliación. Lo que si es cierto ¿hay que dedicar TS o ES a esto? no lo creo. Por ejemplo, Hacienda en el IRPF, prácticamente no pregunta y sale automático el pago o devolución, si saben los ingresos porque no devolver la parte que corresponda, esto se hace con el anticipo de la Deducción Fiscal por pensiones de viudedad con derecho a complementos por mínimos con una sencilla solicitud

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  2. Dividir es la clave, todo no lo tendríamos que hacer nosotras/os, desde la primera cita hasta la resolución; hay otros profesionales de la administración que podrían asumir partes burocráticas ¿ qué os parecería que en cada equipo hubiera auxiliares y administrativos? Así tendríamos más tiempo para coordinación e intervención, para el trabajo fuera del despacho. En todos los ámbitos es así, hay que delegar.

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    1. Buen día, es una opción más que razonable y la informatización o automatización de ciertas ayudas. En definitiva, es fundamental dedicar más tiempo a la intervención, pero hay que modificar el modelo actual.
      Gracias por comentar

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  3. Interesante articulo, me gustaría estudiar este ciclo formativo integración social en esta web https://modulosgrado.com/Modulo-grado-superior-Integracion-social.html ya que me gustaría trabajar en programas de prevención e inserción de personas en situación de riesgo de exclusión social, pero no sé si es confiable. ¿Alguien lo conoce? 

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