El fin justifica los medios, un ejemplo "raro" de intervención. Hay que intentarlo
La creatividad y la adaptación a situaciones cambiantes es una máxima en la intervención social. Innovación dinámica.
Desde hace algunos años atendemos desde el Servicio de Atención a Domicilio (en adelante SAD) a María y a
José, dos nombres ficticios ligados a mi origen cristiano.
Hace ya años que superaron los 80 años, la cuarta edad. Ella, algo más joven
padece deterioro cognitivo que nadie se atreve a nombrar pero es compatible con
varios. Cuando no te diriges a ella, y sigues observándola, ella con un leve movimiento
de cabeza hacia delante y atrás repite la misma palabra como un mantra inacabable: “aquí, aquí, aquí,…..” como queriendo
dejar claro su preferencia de mantenerse en su casa, la que tantos esfuerzos les
costo a ambos.
La saturación del SAD en mi Mancomunidad y en el resto de servicios, limita las
horas de atención no a las 2 diarias tradicionales, sino a las que marca la Resoluciónde 13 de julio de 2012, de la Secretaría de Estado de Servicios Sociales e
Igualdad, por la que se publica el Acuerdo del Consejo Territorial del Sistema
para la Autonomía y Atención a la Dependencia para la mejora del sistema para
la autonomía y atención a la dependencia.
Sin embargo, ni las 70 horas mensuales
que garantiza está resolución pasan de ser un simple apoyo complementario a una
estructura de cuidados más amplia y continua, normalmente garantizada por la
familia, aunque incluya la contratación de otros apoyos (internas, personas por
horas, Centros de Día, etc).
El matrimonio vive en una zona rural donde no es
sencillo disponer de apoyos formales que presten los cuidados y menos con un mínimo de formación. La enfermedad de
María la hace ser especialmente desconfiada, máxime cuando ve como una “extraña”
se mete en el baño a solas con su marido, luego lo ducha y, para colmo, le baja
los pantalones varias veces al día enredándole por la entrepierna….
Desde luego esto no es lo que parece. Os cuento.
La familia de María y José vive a unos 50 km. Han contratado
varias personas que complemente la atención del SAD y los cuidados que ellos
mismos prestan por turnos. A todas las rechazó salvo a las Trabajadoras Familiares
y otra persona que introdujimos a través del Empleo Social Protegido y que María
identificaba con el Servicio Social.
No obstante todavía estamos en el proceso de
aceptación. No está siendo sencillo pese a trabajar al unisono SSB, Centro
de Salud (derivación a centro especializado -ingreso temporal-), Familia y Persona Contratada. Estamos en pleno proceso, si no culmina
con éxito mucho me temo que la opción siguiente será la salida del
domicilio.
Esto lo relaciono con un artículo que he leído
recientemente donde señala que
“... existen límites en las posibilidades de la intervención social para subvertir las condiciones de pobreza, exclusión y desprotección con las que trabajamos...” (Montagud , 2018;162).Por muy buen planteamiento de intervención que hagamos en un caso no somos infalibles.
¿Alguna propuesta alternativa?
Montagud Mayor, X. (2018). Sobre los límites de la
intervención de los servicios sociales. Cuadernos de Trabajo Social, 31(1),
153-164.
Me ha encantado tu reflexión y de paso tu blogg Enhorabuena! Me sirven tus aportaciones documentadas y meditada...sobre todo porque invitas a pensar, gracias, Saludos! Maribel
ResponderEliminarGracias a ti Maribel. Me alegro que medias utilidad. Creo que en nuestra profesión hacemos grandes cosas y es necesario divulgarlas aunque parezcan pequeñas.
EliminarUn abrazo